Dr. Matías Arim

Entrevista

Matías realizó sus estudios de grado – Biólogo- en la Facultad de Ciencias, Universidad de la República Oriental del Uruguay (UdelaR). Luego hizo una Maestría en el marco del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (PEDECIBA), especializándose en ecología. El Doctorado lo obtuvo en la Pontificia Universidad Católica de Chile, trabajando en el tema “Productividad primaria y estructura trófica: cambios temporales a escala poblacional y comunitaria”. También realizó un Postdoctorado en el Centro de Estudios Avanzados en Ecología y Biodiversidad en Chile. En la actualidad trabaja dentro de la Sección Zoología Vertebrados de la Facultad de Ciencias como Profesor Adjunto. Sus principales líneas de investigación y trabajo son la Ecología de Comunidades y dinámica de poblaciones.

¿Qué haces en el día a día?
Por suerte no tengo una rutina que repita día a día sino que dependiendo del momento del año, intereses personales y exigencias externas, voy prestando más o menos atención a las distintas actividades. Tal vez la idea más próxima a “un día de trabajo” podría ser considerar un día de 12 horas y repartir las actividades que realizo durante el año en distintas horas de ese día. La base de ese día serían un par de horas dedicadas a la lectura de publicaciones científicas. La investigación es notablemente exigente en este sentido y es fundamental estar al día con los trabajos que se están realizando a nivel mundial. El estar al día es lo que sustenta la calidad de las investigaciones que realizamos, la docencia que impartimos y la transferencia de conocimiento que hagamos a la sociedad. Las siguientes cuatro horas de ese día las dedico a la orientación de trabajos de estudiantes. Esta orientación puede darse en el marco de trabajos finales de licenciatura, proyectos de maestría y doctorado o en proyectos de investigación de los cuales soy responsable. Unas dos horas las dedicaría al desarrollo de estos proyectos, con los cuales equipamos nuestros laboratorios y financiamos los trabajos de campo. Digamos que la siguiente hora es inevitable y la más terrible para todo académico, la administración. A esto sumaríamos media hora de actividades de cogobierno. Las publicaciones científicas se caracterizan por ser arbitradas, esto es la revisión de los trabajos a ser publicados por parte de otros científicos. El arbitraje de trabajos científicos es una de las tareas más serias que realizamos hacia la comunidad científica. Esto determina qué contribuciones cumplen con estándares académicos de calidad y originalidad como para formar parte del conocimiento científico y los cuerpos teóricos asociados. Digamos que media hora al día la dedico a revisar artículos y proyectos de investigación. Por último, pero sin dudas lo más importante, el día soñado es cuando puedo dedicarme a pensar sobre los temas de trabajo. Esto puede implicar identificar aproximaciones al trabajo de campo, desarrollar algún modelo o simulación en la computadora, hacer análisis estadísticos, escribir artículos o charlar con colegas sobre algún problema a abordar. En el día utópico promedio esto implicaría unas dos horas al día. Lo más utópico de este día es pensar que todas las horas son productivas, por supuesto hay días en que nada sale como queremos pero esas horas no cuentan.

¿Por qué elegiste esta temática?
Creo que hay varias instancias en donde uno va eligiendo la temática. La primera fue la opción de esta carrera, cuando tenía 16 años. Con una visión bastante inocente de lo que podía ser el trabajo como investigador opté por una carrera que me permitiera estar al aire libre, en contacto con animales. Con los años, la interacción con investigadores ya consolidados y el descubrimiento del papel de la ecología como ciencia en la comprensión de los patrones naturales, me llevaron a intentar formarme como ecólogo y me distanciaron progresivamente de la atención en algún organismo particular o ecosistema. El gran cambio fue centrarme en las preguntas como guía de trabajo, el intentar comprender los mecanismos que dan cuenta de los patrones naturales y orientar mi formación e investigación a aquellas teorías que buscan explicar y no solo describir. Sin dudas la principal motivación en la opción final de ser un investigador en ecología es la fascinación por la búsqueda de explicaciones al funcionamiento de los sistemas naturales.

Una anécdota relacionada al trabajo
Una anécdota relacionada al trabajo. Soy bastante “chaplinesco” en el trabajo de campo, suelo caerme, equivocarme en los caminos, perderme, etc. Hay demasiadas anécdotas en esa línea. En una ocasión caí de espaldas al saltar un charco, me paré, fui dolorido a cruzar un alambrado, me enredé, patiné y me di un duro golpe, ya muy dolorido me saqué el gorro, me senté, descansé, me puse el gorro y empecé a sentir algo raro en el cuerpo… me había sentado y dejado el gorro arriba de un hormiguero. Es bastante humana la tendencia a idealizar y siendo estudiante es común idealizar a algunos investigadores, viéndolos como personas que están más allá de los mortales. Siendo un estudiante de doctorado, envié un artículo a una revista y tuve críticas respecto a como interpretaba algunos aspectos del marco teórico. Estas críticas suelen ser anónimas, así que no sabía la identidad de este revisor. En esas semanas ocurrió la visita de uno de estos grandes científicos, que justamente había desarrollado estas teorías. Una noche me junté con él para poder discutir de mi tesis, a las horas y luego de varias cervezas, le conté lo que me había pasado con el artículo. Le dije que estaba seguro que uno de los revisores mal interpretaba su teoría y estuvimos estuvimos largo rato discutiendo el punto. Luego de la discusión reenvié el artículo a la revista y fue finalmente aceptado. A los meses me enteré que el revisor molesto que mal interpretaba la teoría, era en realidad el mismo científico con quien había estado hablando y tratando de convencer que alguien estaba malinterpretando su trabajo.

¿Por qué es importante tu trabajo?
La investigación básica en ecología es importante tanto para la vida del hombre en la tierra, como para el desarrollo de sociedades particulares, como puede ser el caso de un pequeño país en el tercer mundo. Como especie humana dependemos críticamente del ambiente en que vivimos. La disponibilidad de recursos alimenticios y materiales, la ocurrencia de enfermedades, la purificación del agua y aire, por nombrar algunos ejemplos, están determinados por mecanismos ecológicos. Cuanto mejor comprendamos estos mecanismos, mejor capacidad tendremos de manejar los sistemas naturales, preservándolos y garantizando los servicios que estos nos brindan. El manejo de las problemáticas ambientales, productivas y sanitarias de un país, requiere una importante masa crítica de ecólogos, es decir, personas con nivel de doctorado en ecología. El contar con estos recursos humanos permite maximizar el uso de los recursos disponibles, apuntando a su preservación a largo plazo, identificar nuevas formas de producción, tener capacidad para monitorear y controlar plagas y enfermedades o anticiparse a las consecuencias regionales del cambio climático global. Para esto, es necesario tanto el manejo de la teoría ecológica, como el conocimiento de los sistemas biológicos involucrados. El desarrollo de núcleos académicos con investigación básica de alta calidad en el país es un requisito ineludible para lograr estos objetivos.